Hoy es festivo en Argentina, y probablemente por mi lejanía, he olvidado algunas fechas patrias. De todos modos 5 años atrás no existía tal día de la soberanía ni se recordaba “La Batalla de la Vuelta de Obligado” cada 20 de noviembre.
Lo cierto es que hace menos de 170 años se produjo, en aguas del río Paraná, un enfrentamiento entre la Confederación Argentina -liderada por Rosas- y la escuadra anglo-francesa.Esta batalla dio como resultado la victoria diplomática y militar de la Confederación Argentina, obligando a los invasores a aceptar la soberanía argentina sobre los ríos interiores.
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| "Desembarco en Buenos Aires" - Mauricio Rugendas- 1845 |
A todo esto yo venía
a hablar sobre el arte, en este caso la pintura.
Y es que recordé que en esa
época de emancipación y crisis del sistema colonial, la temática religiosa deja
de preponderar -gracias a Dios ;)- y se
refleja en el campo artístico una evolución fruto de la llegada de nuevos artistas
y de las nuevas necesidades sociales.
Aparecen el retrato, el grabado y la
pintura épica.
Así se imponen como
estilos pictóricos el neoclasicismo, el realismo y el romanticismo.
La obra que viene a
mi mente es justamente de 1845, un óleo de Mauricio Rugendas (1802-1852). El
pintor alemán, uno de los atraídos por las historias que contaban los primeros
románticos, llegó por Argentina luego de largas expediciones por Brasil y
Chile.
La obra representa en un contexto rural, el arribo a la costa de viajeros probablemente dejando atrás su embarcación,
evocando el movimiento de intercambio con Uruguay.
En la escena resalta una rústica carreta, guiada por un
adolescente, donde van amontonados tres gauchos y una mujer.
Sí, un alemán retratando a un gaucho!
El pintor detalla la vestimenta: el chiripá colorado, las camisas
con anchos pliegues, pantalones amplios,
y la trenza a la cintura sujetando el machete
que se ve tras la espalda.
En el fondo se ve el esbozo
de otra carreta con viajeros que repite la escena enseñando el comercio de la
costa, en medio de una naturaleza sin edificaciones ni puerto.
“Desembarco en Buenos Aires” tal vez sea una escena metafórica autorrefencial o acaso una interpretación de una típica escena en el Río de la Plata.
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